El traje de gitana

Es el traje típico de Sevilla. Su antigüedad se remonta a los primeros tiempos de la Feria, donde acudían las mujeres de comerciantes y campesinas, muchas de etnia gitana. Solían vestir cómodas batas de faena, a las que se les añadía dos o tres volantes que, con el transcurrir de los tiempos, se fueron convirtiendo en moda, ya que además de ser una prenda cómoda de llevar, realzaba el cuerpo femenino, estilizándolo y dándole un toque de sensualidad.

Con el tiempo las mujeres de alta sociedad comenzaron a copiar la indumentaria, sobre todo a partir de la celebración de la Exposición Iberoamericana que tuvo lugar en Sevilla en el año 1929.

Poco a poco aquella bata pasó a ser el "traje de feria" para todas las mujeres y niñas. No había distinción de clases ni edad, y su evolución fue paralela con el resto de diseños que se actualizaban con cada época, apareciendo con distintos escotes, pelo recogido según moda, traje ceñido o más suelto.

Un traje en constante evolución  sin dejar de ser una prenda cómoda y vistosa de llevar. Se trata del único traje regional que tiene moda, variando su estilo con el paso de los años.
El traje de flamenca se puede usar indistintamente de día o de noche, tanto si se monta a caballo como si no (siempre a la grupa, nunca como amazona).

Tejido

La tela del traje puede ser de lo más variopinta: percal, tergal, algodón, perforados o lisos, bordados, pintados, adornados con flores, rayas o clásicos pero bonitos lunares.

Complementos

El traje va acompañado de varios complementos como son las flores, collares, pendientes, mantones de manila, peinecillos, broches... Todos ellos se pueden combinar en un sinfín de colores y formas.

El Calzado

Normalmente suele ser zapatos de tacón o alpargatas de colores a juego con el traje.

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